Esta vez quiero referirme al efecto de la variabilidad del precio del dólar sobre la solvencia de una entidad financiera, tradicionalmente se ha considerado que la mejor manera de estar protegido o libre del riesgo cambiario, por ejemplo ante un alza del tipo de cambio, es estar calzado en esa moneda, o lo que es lo mismo, tener una posición de cambio nula o cerrada, es decir, cuando los activos netos de pasivos en moneda extranjera (MEX) son iguales a cero. Sin embargo, este planteamiento no cuantifica el riesgo de solvencia de la institución, que se revela por la capacidad del capital de absorber pérdidas o por su nivel apalancamiento, que suele medirse a través del coeficiente de adecuación de capital (CAR, por sus siglas en inglés) y que se expresa como la razón del Patrimonio Efectivo entre los Activos ponderados por riesgos, que para efectos nuestros lo simplificaremos por la relación del Patrimonio entre el Activo. Veremos en consecuencia, que más que buscar una posición de cambio cerrada, debería tomarse en cuenta la brecha existente entre la dolarización de sus activos y la posición de cambio sobre el patrimonio, para medir el impacto real de la variación del tipo de cambio sobre el nivel de la CAR.
Para mostrar lo indicado, tomaré como referencia el modelo presentado en un documento de trabajo de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP de Perú, al que se le ha realizado un ajuste para hacerlo más digerible, quedando sus relaciones expresadas en las siguientes ecuaciones:
A = Activos totales.
(1)
A = An + Ae*E
(2)
P = Pn + Pe*E
(3)
CAR = K/A
(4)
K = A – P
Donde:A = Activos totales.
An = Activos denominados en moneda nacional.
Ae = Activos denominados en moneda extranjera.
E = Tipo de cambio nominal.
P = Pasivos totales.
Pn = Pasivos denominados en moneda nacional.
Pe = Pasivos denominados en moneda extranjera.
K = Patrimonio.
La ecuación (1) denota que los activos totales, siempre son iguales a los activos en moneda nacional más los activos en moneda extranjera expresados en moneda doméstica a un tipo de cambio nominal, el mismo tratamiento se da a los pasivos de la ecuación (2), por su parte la relación (3) representa el coeficiente de adecuación de capital o CAR, y por último la ecuación (4) expresa la igualdad del patrimonio, activos totales menos pasivos totales. Ahora, reemplacemos en (3) la relación (4), por lo que la nueva expresión de la CAR queda del siguiente modo:
Ae = Activos denominados en moneda extranjera.
E = Tipo de cambio nominal.
P = Pasivos totales.
Pn = Pasivos denominados en moneda nacional.
Pe = Pasivos denominados en moneda extranjera.
K = Patrimonio.
La ecuación (1) denota que los activos totales, siempre son iguales a los activos en moneda nacional más los activos en moneda extranjera expresados en moneda doméstica a un tipo de cambio nominal, el mismo tratamiento se da a los pasivos de la ecuación (2), por su parte la relación (3) representa el coeficiente de adecuación de capital o CAR, y por último la ecuación (4) expresa la igualdad del patrimonio, activos totales menos pasivos totales. Ahora, reemplacemos en (3) la relación (4), por lo que la nueva expresión de la CAR queda del siguiente modo:
A partir de esta relación podemos averiguar la condición que debe cumplirse para que una variación del tipo de cambio nominal no afecte el nivel de la CAR, para averiguarlo debemos calcular la derivada de la CAR respecto a E, reemplazando (1) y (2) en la expresión anterior, tenemos:
d(K/A)/dE = 1/A2*[A*(Ae – Pe) – (A – P)*Ae] = 0
A*(Ae – Pe) = K*AePor último, si multiplicamos ambos lados de la expresión anterior por E/KA, tendremos:
E*(Ae – Pe)/K = E*Ae/A
Está expresión final nos dice que para que una variación del tipo de cambio nominal no afecte el coeficiente de adecuación de capital de una entidad financiera, la posición de cambio en moneda extranjera respecto al patrimonio debe ser siempre igual a la dolarización de los activos. Veamos el siguiente ejemplo para terminar de entenderlo, supóngase que una entidad financiera tiene las siguientes hojas de balance:
Observe en el balance 1 que la posición de cambio en moneda extranjera es cerrada, es decir, los Ae*E = Pe*E, por lo que podría suponerse que se presenta una situación libre de riesgo cambiario, ahora preste atención al cociente de esta posición de cambio sobre el patrimonio, es de cero, en cambio la dolarización de los activos es de 60%, lo que no corresponde a la igualdad de la última ecuación, además en este caso, la CAR es de 10%.
A continuación, suponga una apreciación del dólar del 20%, sus efectos se presentan en la hoja de balance 2, donde la posición de cambio en moneda extranjera sobre el patrimonio sigue siendo de cero, pero la dolarización sube a 64.29% y la CAR baja a 8.93%, en este contexto la situación patrimonial de la entidad financiera ha desmejorado, por un mayor riesgo de apalancamiento. Ahora, si en lugar de presentarse una apreciación del dólar, este se deprecia frente a la moneda local en la misma magnitud, la CAR aumentaría a 11.36%.
Veamos ahora la hoja de balance 3, con una posición de cambio abierta en moneda extranjera, expuesta también a la misma tasa de depreciación de la moneda doméstica del 20%, efecto que se recoge en el balance 4.
En este caso, la dolarización de los activos y la posición de cambio respecto al patrimonio son del 60%, como estipula la última ecuación, haciendo que la CAR sea de 10%. Ahora, el alza del tipo de cambio hace que la dolarización y la posición de cambio respecto al patrimonio pasen hacer 64.29%, vea el balance 4, pero la CAR se mantiene en 10%, es decir, esta posición de cambio de sobrecompra hace que el coeficiente de adecuación de capital se mantenga constante. Suponga ahora que la moneda local se aprecie en lugar de depreciarse frente al dólar en el mismo porcentaje, la CAR seguiría siendo de 10% y la dolarización y la posición de cambio respecto al patrimonio se reducirían a 54.55%, pero siempre manteniendo la igual de la ecuación final.
Es probable que esta volatilidad del coeficiente de adecuación de capital ante variaciones del tipo de cambio nominal, sea una de las razones del Banco Central de Reserva de Perú para su implementación de políticas de desdolarización de activos de las entidades financieras, como la exigencia de encajes adicionales si se supera un límite determinado en colocaciones en moneda extranjera, con el fin de inducir al sistema a reducir sus posiciones de cambio, como una señal de mejora en la percepción de riesgo de la economía en general y del sistema financiero en particular.
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