Cuando usted compra una casa o un depósito a plazo fijo esta postergando su consumo
actual por uno futuro, se está privando de consumir actualmente a costa de hacerlo
mañana, este “sacrificio” exige que reciba alguna compensación, que para el caso de la vivienda se materializa cada vez que
usted disfruta de su hogar a través del tiempo, en referencia al depósito de dinero el
resarcimiento por el retraso del consumo viene dado por el pago de un interés,
producto de aplicar una tasa de interés, en ambos activos usted ha realizado un
aporte de recursos en el presente para obtener un beneficio en el futuro, es
decir, ha realizado un acto de inversión, sin
embargo, ambas inversiones no son iguales, lo que las diferencia es el grado de
liquidez de sus activos, entendamos por liquidez la facilidad con la que un
activo se convierte en dinero, la casa en sí misma es menos liquida que el
depósito a plazo, debido a que resultará más complicado vender la vivienda que es un
bien físico o real que exigir al intermediario financiero la devolución del
dinero depositado. Por tanto, podemos concluir que cuando compramos una
vivienda estamos realizando una inversión real frente a una inversión
financiera cuando realizamos un depósito de dinero, no piense
que lo tangible hace que una inversión sea real y por consiguiente lo que no se puede palpar debe ser una inversión financiera, nada más lejos de la realidad, sino
observemos los mercados de metales como el oro, que son tangibles pero que jamás
serán inversiones reales o físicas, es la liquidez y no lo tangible lo que las
diferencia.
Ocupémonos de la inversión financiera, hemos dicho que a esta se le exige una compensación o un interés, sin embargo, la exigencia de una tasa de interés debe compensar no solo el sacrificio de no consumir ahora, si no que por lo menos nos permita consumir lo mismo que cuando realizamos la inversión, a esto se le llama tasa de interés real, que puede representarse aproximadamente como:
Donde:
rn
= Tasa de interés real en S/
in
= Tasa de interés nominal en S/
π
= Tasa de inflación
La
tasa de interés real puede ser positiva o negativa, es positiva cuando la tasa
de interés nominal es mayor a la tasa de inflación y es negativa cuando sucede lo
inverso, si la tasa de interés real es positiva, el depósito de dinero puede
comprar más bienes al final de la inversión que al inicio, beneficiando a su
propietario, pero si es negativa el depósito al final comprará menos bienes
que al inicio, perjudicando a su tenedor, por lo que el concepto de interés
real es lo que ciertamente importa y es en función a ella sobre la que se toman
decisiones. Si
para un depositante, prestamista o agente superavitario le es conveniente afrontar tasas de intereses reales
positivas, para un prestatario, deudor o agente deficitario no lo es, puesto que estaría
devolviendo más bienes al final que al inicio del préstamo, en cambio, si le
favorecería una tasa de interés real negativa puesto que devolvería menos
bienes al final de los que le prestaron, esto es así, puesto que a diferencia
del depositante, el prestatario o deudor adelanta el consumo en desmedro de su
consumo futuro, por lo que le convendrá devolver menos bienes a futuro de lo
que le prestaron cuando tomó la deuda, y esto solo se consigue con tasas de interés
reales negativas. Es decir, tasas de interés reales negativas o tasas de
interés reales cada vez menos positivas inducirán a los prestatarios a
solicitar mayor endeudamiento.
En
el marco de este análisis recientemente el Banco Central del Reserva del Perú
(BCRP) ha reducido nuevamente su tasa de interés de referencia llevándola al
nivel del 3%, desde un máximo del 6.5% a septiembre del 2008. Su decisión se sustenta en un indicador de inflación cada vez
menor, de un 6.7% anualizada a diciembre del 2008 a un 4.2% a mayo de
este año, sumada a su vez por una menor expectativa inflacionaria y a un menor
ritmo de la actividad económica, lo que hace presumir que a fin de este año
estaremos dentro del rango meta de inflación del BCRP entre el 1% y el 3%, definitivamente la tasa de interés real de referencia se esta haciendo cada vez menos positiva
e incluso podría ser cero si adoptamos el valor superior del 3% del rango meta de
inflación, con lo cuál estarían induciendo a un endeudamiento mayor, no se cree posible que la tasa de interés de referencia alcance tasas
negativas, por que un costo demasiado barato del dinero generaría algún tipo de
burbuja con consecuencias dañinas en su estallido, por lo que el Banco Central estaría
por pausar su tasa de referencia alrededor de la meta del 2% de inflación.
Este mismo análisis podemos extenderlo a los depósitos o préstamos en
moneda extranjera, sepamos que la tasa de interés real expresada en moneda
nacional de un activo o pasivo en moneda extranjera esta influenciada además del efecto de la inflación por el efecto de la variación del tipo de cambio nominal, siendo su expresión aproximadamente la siguiente:
Donde:
rnx
= Tasa de interés real valorada en S/.
ix
= Tasa de interés nominal en US$.
∂
= Tasa de apreciación o depreciación nominal de la moneda extranjera.
π
= Tasa de inflación
Supongamos
que la tasa de inflación esperada (π ) sea relativamente baja y la tasa de
interés en dólares ( ix ) se encuentre constante, en estas
condiciones una apreciación (∂ ) de la moneda extranjera, es decir, más unidades monetarias por dólar encarecería la tasa de interés real esperada, con el consiguiente
perjuicio para los prestatarios o deudores en moneda extranjera, el efecto
sería el inverso si la moneda extranjera experimenta una depreciación, menos unidades monetarias doméstica por dólar, en este caso el deudor se beneficiaría al reducirse la
tasa de interés real. Por consiguiente, cuando la tendencia es hacia una
apreciación de la moneda nacional o a una depreciación nula o muy leve,
existiría mayor incentivo a endeudarse en moneda extranjera al ser la tasa de
interés real, en número de bienes, menor o al menos igual al final de la operación
que al inicio.
Estadísticamente la moneda nacional mostró una tendencia depreciatoria en el segundo semestre del 2008
hasta febrero de este año, tendencia que se revirtió a partir del mes de marzo,
llevando a muchos expertos a revisar sus pronósticos de tipo de cambio hacia la
baja para fines de este año. Si a esto le agregamos que las tasas de interés en
moneda extranjera se han venido reduciendo producto de tasas internacionales
cada vez más bajas, no resultaría extraño un repunte en la demanda de créditos
en moneda extranjera, por lo menos a plazos cortos. Por tanto, podríamos sospechar un mayor dinamismo en las colocaciones y una recomposición del portafolio de la cartera de préstamos, con cierto sesgo a las colocaciones en moneda extranjera por lo menos en las operaciones de corto plazo, sin embargo, no se cree posible que esto anule el impacto de un menor crecimiento económico sobre la cartera de créditos de los intermediarios financieros.
Publicado en la Revista Digital Estrategia & Finanzas de Caja Tacna en 06/2009
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